Attribution-NonCommercial 4.0 InternationalLederhos, Maricel2024-05-062024-05-062020https://repositorio.ucsf.edu.ar/handle/ucsf/410La presente edición de Krínein es un número dedicado íntegramente al V Congreso Iberoamericano de Personalismo: “La autorrealización de la persona: personalismo, formación y valores”. En el mes de agosto de 2019, la Universidad Católica de Santa Fe fue sede del mismo y se convirtió en el escenario en el que se dieron lugar interesantes intercambios de propuestas y análisis académicos que testimoniaron el influjo que puede tener esta perspectiva en lo cotidiano de nuestras prácticas profesionales. En esta ocasión, el tema que nos convocó fue el análisis del proceso de autorrealización que toda persona, por el solo hecho de serlo, está llamada a realizar; proceso que bien puede identificarse con un proceso educativo. Esto renueva permanentemente la necesidad de pensar radicalmente el sentido de la Educación como relación humana de promoción del otro para el logro de su plenitud. Como ésta, podríamos mencionar muchas otras definiciones de Educación pero ninguna de ellas dejaría fuera de consideración el compromiso con el desarrollo de las capacidades que todo educando posee. Es decir que no podemos pensar la educación fuera del marco conceptual que describe a aquel que (se) educa, no podemos pensar la educación sino a partir de un análisis antropológico. Podríamos afirmar que, en su mayoría, las estructuras socioeducativas aún no han asumido el compromiso de promover el desarrollo de toda persona en su integralidad y, en consecuencia, se ven expuestas al peligro de diseñar y sostener instituciones educativas que sólo buscan el desarrollo técnico de sus educandos en tanto futuros ciudadanos que deberán saber hacer muy bien sus tareas para colaborar con la sociedad. Si se mantiene este sesgo intelectualista y pragmático de la educación seguiremos colaborando con el paradigma del “saber hacer” por sobre la necesidad de “saber ser” un ser humano en sentido cabal. Si bien afirmamos que la estructura ontológica de la persona es la que fundamenta el acto educativo y da razones de la educabilidad de toda persona, no es la igualdad el principio que debería regir nuestros actos docentes sino la equidad. El compromiso con dar a cada quien lo que le corresponde, sabiendo que a todos nos corresponde la oportunidad de ser educados, pero desde las circunstancias existenciales de cada persona. Afirmar que el sujeto de la educación es la Persona abre un horizonte de sentido que echa luz sobre nuestras prácticas ofreciéndonos la meta ineludible del “arte de educar”: afirmar a la Persona de los alumnos que cada año nos son dados comprometiéndonos en generar las circunstancias posibles para su pleno desarrollo. En otras palabras, volver a hacer consciente quién es el sujeto de nuestras prácticas docentes puede renovar nuestra mirada y reorientar nuestros planes pedagógicos. La universidad no está exenta de hacer esta revisión y este Congreso dio lugar a repensarla para resignificar nuestra tarea. En el presente número monográfico de la Revista Krínein, se exponen algunos de los artículos que fueron desarrollados en el área de Educación, haciendo posible la comunicación de percepciones, propuestas y resultados en algunos ámbitos académicos, cuando los actos educativos se asumen desde la perspectiva del personalismo.application/pdf47 p.spainfo:eu-repo/semantics/openAccessKrínein: Revista de Educacióninfo:eu-repo/semantics/other